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miércoles, 29 de octubre de 2008

Reflexiones en tiempos de crisis


Si hace 2 semanas, el 2º hombre más rico del mundo, Warren Buffet, y poseedor de unas de las empresas de inversión más importantes del mundo , nos decía que era el momento de comprar acciones, ahora le toca el turno a JP Morgan...cada semana aparece uno nuevo que se apunta al carro y óbviamente llegará un día en que alguno tendrá razón! Si ayer los mercados se hundían, hoy son fuegos artificiales... ¿Qué hacemos con nuestro dinero?

Llevo ya 20 años en el sector financiero, he sido analista de inversiones, he gestionado varios fondos de inversiones con importantes sumas de dinero, he dirigido la 1era empresa financiera española instalada en Luxemburgo y finalmente me puse a trabajar por mi cuenta como Asesor Financiero porque pensaba que sin objetivos, sin directrices y objetivos de una entidad financiera podría ofrecer un mejor servicio a mis clientes...en toda mi trayectoria profesional no he vivido nunca nada parecido a lo que está pasando en los mercados financieros en las últimas semanas. Creo poder decir que ningún profesional ha experimentado unos momentos como los actuales y por tanto puedo afirmar que ninguna de las crisis anteriores más recientes se pueden comparar a esta.

El problema no es el cómo hemos llegado a esta situación ya que a estas alturas creo que todo el mundo es conciente de ello sino el determinar el perímetro del problema producido por las estafas masivas, si si ESTAFAS (hasta hace poco me resistía a utilizar esta palabra y tengo que reconocer que es la más adecuada) de los bancos norte americanos. Sus consecuencias son devastadoras y las últimas bajadas de la bolsa responden al brutal "desapalancamiento" forzoso de las empresas que habiendo puesto en garantía sus acciones para que los bancos les concedieran más créditos se ven confrontadas en los últimos días en reponer nuevas garantías o bien el Banco se ve forzado en vender las acciones (totalmente liquidas) a cualquier precio y sin miramientos de si son baratas o tienen una rentabilidad por dividendo elevada (da igual)...la búsqueda de la liquidez es hoy por hoy el factor más importante de muchos bancos que luchan para no caer en una suspensión de pagos...


El miedo ha entrado en nuestras casas, el miedo a perder nuestros ahorros, lo que habíamos metido en un rincón, para nuestro futuro, para nuestra vejez ...Tenemos miedo a lo desconocido, al nuevo orden financiero mundial que se instalará en cuanto acabe todo...

Todas las empresas van a tener que adaptarse a un nuevo entorno financiero donde habrá sin lugar a dudas más regulación y más supervisión, donde el gran apalancamiento habrá muerto o casi, donde la Formación y la Certificación será un requisito ante la ley (por ello yo estuve como miembro fundador de EFPA (European Financial Planing Asociation) España en el año 2000, hoy única asociación que puede Certificar los conocimientos, ética y buen hacer de sus asociados.

He aprendido nuevas cosas con esta crisis como que necesito poder decir NO a mis clientes en algunos momentos y que a su vez ellos también me aprueben o denieguen un producto o una propuesta de inversión; necesito que hagamos en algunos casos más reuniones aunque la mayoría de ellas sean telefónicas y algunas otras personales, necesito que me informen puntualmente de algún cambio en positivo o negativo de su situación patrimonial ya que así puedo actuar también en consecuencia en la cartera que me han confiado, necesito que me pregunten lo que no entienden y así explicárselo de la mejor manera posible...en definitiva necesito que se involucren más en la toma de decisión aunque yo continué siendo su hilo conductor...

Mi único propósito y objetivo es que yo pueda atender todas y cada una de las necesidades financieras que puedan tener en el futuro! Para ello estoy redefiniendo mis líneas de actuación en los principales ámbitos de mi negocio; reforzando mis proveedores en algunos casos para poder ofrecer nuevos servicios como la compra y venta de acciones a un precio competitivo (volverán los tiempos donde arriesgar algo más ofrecerá rentabilidades más atractivas); reforzando mi propia formación en algunas areas muy especificas que hasta ahora me eran poco conocidas como la administración concursal para ayudar a empresas que se vean obligadas a presentar concurso de acreedores...

Como producto estrella para la gestión de los ahorros sigo recomendando los Fondos de inversión. ¿Por qué soy tan categórico? En primer lugar porque estos productos se encuentran "fuera de balance" de las entidades financieras. Es decir, los fondos de inversión pertenecen a sus partícipes y sus activos se encuentran segregados de las cuentas de las entidades que los gestionan (Gestoras) y de aquellas que los comercializan (Bancos, Cajas, Sociedades o Agencias de Valores entre otras). Si cualquier de estas entidades tiene dificultades, el dinero de los partícipes no se ve afectado.

En los momentos actuales, mi recomendación es invertir en Deuda Pública emitida por países de la zona euro y a corto plazo. Por ello he invertido gran parte de la liquidez en este tipo de fondos. He intentado y espero que lo haya conseguido explicar en cada una de las reuniones que he tenido con mis clientes a lo largo de nuestra relación la importancia de tener clara una cosa : A MAYOR RENTABILIDAD, MAYOR RIESGO!!! Cuántos problemas se habrían evitado de haber tenido clara esta frase tan obvia pero tan olvidada por mucha gente, incluido yo mismo en alguna ocasión! Últimamente, algunos amigos o familiares me han dicho que les ofrecían el 7%,8%,9% o hasta el 10% o más con el 100% de su capital garantizado. Si yo pudiera ofrecer o recomendar rentabilidades parecidas y decir además que no tienen ningún riesgo, no dudaría ni un instante en proponerlas. ¿Cuantas veces me he callado para que no pensaran estos amigos/familiares que quería que este dinero estuviera bajo mi tutela?

Creo que es necesario establecer nuevos bases de colaboración con los clientes, en las cuales las dos partes estemos totalmente convencidas de que nos estamos ayudando el uno al otro con unas reglas bien definidas que nos permitan mejorar nuestra colaboración.